Morir trabajando
El objetivo quedó cumplido, los empresarios ganaron la batalla al reloj, el Parque Warner quedó inaugurado a tiempo. Detrás quedan tres muertos y diversos accidentes laborales. Y no es casualidad, ni negligencia por parte de los trabajadores. Sino la aceleración de las obras para que todo quedara dispuesto en la fecha indicada, momento de mayor afluencia de público; Los motivos: económicos.
¿A costa de quien y de qué? Les trae sin consideración alguna. La familia del soldador de 46 años, Constantino C.B. que perdió la vida al quedar aprisionado entre una viga de hierro y una plataforma elevadora se hará preguntas y no obtendrán respuestas precisas. J.D.V. de 20 años, falleció por aplastamiento del cráneo tras volcar la plataforma móvil que manejaba y cayera sobre él, cerca de la montaña rusa de madera. Otro joven de 22 años murió tras sufrir una descarga eléctrica en las obras del tren lanzadera.
Todo ello unido al variado conjunto de otros muchos accidentes ocurridos dentro y en aledaños de la Warner y no denunciados por miedo al despido, ya que en el mercado laboral se da la norma del trabajador precario. Las prisas, las horas extras obligadas, el destajo, la falta de formación y la precariedad en general son causa directa de la gran mayoria de los accidentes laborales. Y en el caso de la Warner la situación resulta aún más obscena pues la inseguridad laboral contaba con la complicidad, cuando menos pasiva, de la administración publica: La Comunidad Autonoma de Madrid posee gran parte de las acciones del parque y no hizo nada por remediar la situación.
La resignación puede costarte la vida. Exige unas medidas de seguridad adecuadas en tu puesto de trabajo, NINGUNA NÓMINA VALE UNA VIDA. No podemos permanecer en la pasividad, eso supondría convertirnos en cómplices.
Y si para algo debe servir la Ley de Prevención de Riesgos laborales, es para algo. No solo para evitar accidentes como éste que a costa de sacar un jugoso beneficio, se pone en peligro la vida y más cosas. Ya no solo por lo que una baja por accidente cuesta al Erario Público, es lo que tras esos accidentes con resultado de muerte provocan: familias destrozadas y vidas rotas solo por un puñado de euros que de los que los empresarios ganan, los trabajadores solo perciben una parte ínfima.
Prevenir estas cosas es tarea de todos. De los trabajadores y más aún, de los empresarios. Pero lo trabajadores tiene las de perder porque denunciar estos hechos muchas veces colisiona con la circunstancia que de hacerlo, se pone en el disparadero de un despido automático, y tal y como están las cosas, uno no se juega el puesto por estas cosas. Es por ello, que, o se reforma esta ley para proteger más a los trabajadores para que no pierdan el puesto de trabajo por denunciar estas abusivas prácticas, o de lo contrario, por mucha prevención exigible que esta o cualquier ley disponga, no dejará de ser una simple declaración de intenciones.
¡YA BASTA DE ACCIDENTES LABORALES!
¡BASTA DE MUERTES!
¿A costa de quien y de qué? Les trae sin consideración alguna. La familia del soldador de 46 años, Constantino C.B. que perdió la vida al quedar aprisionado entre una viga de hierro y una plataforma elevadora se hará preguntas y no obtendrán respuestas precisas. J.D.V. de 20 años, falleció por aplastamiento del cráneo tras volcar la plataforma móvil que manejaba y cayera sobre él, cerca de la montaña rusa de madera. Otro joven de 22 años murió tras sufrir una descarga eléctrica en las obras del tren lanzadera.
Todo ello unido al variado conjunto de otros muchos accidentes ocurridos dentro y en aledaños de la Warner y no denunciados por miedo al despido, ya que en el mercado laboral se da la norma del trabajador precario. Las prisas, las horas extras obligadas, el destajo, la falta de formación y la precariedad en general son causa directa de la gran mayoria de los accidentes laborales. Y en el caso de la Warner la situación resulta aún más obscena pues la inseguridad laboral contaba con la complicidad, cuando menos pasiva, de la administración publica: La Comunidad Autonoma de Madrid posee gran parte de las acciones del parque y no hizo nada por remediar la situación.
La resignación puede costarte la vida. Exige unas medidas de seguridad adecuadas en tu puesto de trabajo, NINGUNA NÓMINA VALE UNA VIDA. No podemos permanecer en la pasividad, eso supondría convertirnos en cómplices.
Y si para algo debe servir la Ley de Prevención de Riesgos laborales, es para algo. No solo para evitar accidentes como éste que a costa de sacar un jugoso beneficio, se pone en peligro la vida y más cosas. Ya no solo por lo que una baja por accidente cuesta al Erario Público, es lo que tras esos accidentes con resultado de muerte provocan: familias destrozadas y vidas rotas solo por un puñado de euros que de los que los empresarios ganan, los trabajadores solo perciben una parte ínfima.
Prevenir estas cosas es tarea de todos. De los trabajadores y más aún, de los empresarios. Pero lo trabajadores tiene las de perder porque denunciar estos hechos muchas veces colisiona con la circunstancia que de hacerlo, se pone en el disparadero de un despido automático, y tal y como están las cosas, uno no se juega el puesto por estas cosas. Es por ello, que, o se reforma esta ley para proteger más a los trabajadores para que no pierdan el puesto de trabajo por denunciar estas abusivas prácticas, o de lo contrario, por mucha prevención exigible que esta o cualquier ley disponga, no dejará de ser una simple declaración de intenciones.
¡YA BASTA DE ACCIDENTES LABORALES!
¡BASTA DE MUERTES!
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